Autor René Novoa - Honduras
I
Lo sé.
Le hemos causado vértigo a la altura.
Debés poblar otro sendero
yo me quedo con un tal vez aprisionado en las uñas.
Resurgiré en los ocasos que se aferran a tu pelo
en el esfuerzo de la semilla por ser raíz.
Lo entiendo.
Nuestros cuadrantes divergen.
Un tal vez se marchará tras vos.
Hará calor. Lloverá.
Y un árbol, ya viejo entonces, me escrutará.
Tatuaré blasfemias en el concreto.
Te grabarás un cielo en el interior.
Las calles emanarán un tal vez.
Ensordece el calendario
asfixio a la clorofila
y mis pasos me aplastan.
Irás en el enigma del rayo
iré en los alfabetos de la luna.
Un tal vez vagará por mi esquina
tu esquina
nuestra esquina:
el carruaje de nuestras conciencias.
II
Seré preciso en los segundos
para instalarme en las rendijas del recuerdo
y volver a poseer tus pasos paulatinos.
Estrangularé al reloj
-o me sacaré los ojos-
pues ya no quiero ser prisionero de su giro.
Detendré la tarde, obstruiré al día
para que la noche ya no pueda poblar en mis ángulos.
Me esparciré en el viento para impedir que se lancen las gotas.
Fluiré en una ola mutilada
en los transtornos del hastío
en el centro de la clorofila
en los irremediables años.
Me arrancaré la sonrisa antes que se cierre mi ventana
antes de gastarme en tu distancia
y alejarme de vos:
sin mí.
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