Las flores de Mamina
Autor:
Rolando Lazarte
Hacía 24 años que había dejado la casa de sus padres, Mendoza, Argentina.
24 años después, dejaba el oficio de profesor y de sociólogo. Los hijos lejos, los amigos también, una vida casi exclusivamente con su novia. Parecía que el tiempo había retornado a los primeros años de la adolescencia.
Silencio interior. Claridad en el pensamiento y las palabras. Había terminado el tiempo del discurso, de convencer, de demostrar.
Las memorias retornaban con fuerza. Mamina, el Bugsy.
“Más fuerte que el amor” lo esperaba en la mesa.
Ningún impulso para salir a la calle, por hablarle a alguien por teléfono. La vida recogida en sí misma. Las flores de Mamina.
Rememorar
Autor:
Rolando Lazarte
[1]Desorganizando
el orden mortal de las palabras apiladas. Como en un cuento, sin censura, van
cayendo del estante del renglón a tu oído y dan vueltas, diminutas. Leves, sin
peso. Sin intención.
Apenas
palabras cayendo como plumas, rompiendo como lluvia la argamasa de lo muerto.
Disolviendo la costra endurecida de lo repetido. Despertando de a poco los
sentidos adormecidos.
Como
portales en el cielo abiertos para recibir la muerte sin sufrimiento. O un sueño
largo que se estira sin intervalos. Quería escribir un cuento. Sobre las
virtudes de la nada.
Y
las ventajas de la vida devotada a descoser tejidos arcaicos para reencontrar
tejidos infantiles. Rememorar. Rellenando recovecos de recuerdos. Aceptando el
pasar del tiempo.
Vivir
errando. Dengue o dengo. Fiebre o fingimiento. Auto u ómnibus. Callar o decir.
Que no te atrapen entre esto o aquello. Entre un sí o un no.
(16/02/2001)
Volver a Página de Cuentos Breves
Enviar comentarios a correo_elastillero@ciudad.com.ar