Made in...
Autor: José de Zayas Díaz
El hombre durmió tranquilamente durante años en su buhardilla, gracias a la
ayuda de tantas barreras químicas. Los ratones que se aventuraban a entrar en
su recinto morían calladamente entre suspiros, tras el consumo del cebo suizo
financiado seguramente por el oro almacenado en los bancos de los Alpes. Los
insectos rastreros - incluidas las pequeñas cucarachas alemanas - se volteaban
al cruzar la frontera de su puerta y morían asfixiadas entre vapores germanos
peores que los de Verdún. Los mosquitos - y algunas
enamoradizas mosquitas que les secundaban transgrediendo las ventanas - dejaban
de revolotear en cuanto aspiraban los productos vaporizados desde antes ya
mezclados con suaves perfumes franceses.
Un día el hombre descendió al sepulcro, rodeado de familiares, vecinos,
colegas y hasta algún amigo de allende los mares, sin haber concluido la
lectura del libro de Greenpeace que le había regalado un ecologista holandés.
El cáncer no pudo ser derrotado por los citostáticos importados de todo el
mundo.
Enero 2001
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