P r o f a n o Hubo
un libro que leía al lector. Parece loco, y lo es. Hablaba de budismo, y de
otras cosas. Y de ninguna. Era transparente. Tal grado de precisión,
imperfecta, inocua. Oscuro, tan profundo, tan superficial, tan al
ras. El lector se deslumbraba, se enfurecía, tenía orgasmos de nadería, de indiferencia, de insolvencia. Maldecía entre
padrevuestros al autor de semejante atentado al sentido común. Nada más común
que el sentido. Ni nada menos. Las
páginas, mientras tanto, transcurrían, indiferentes, anodinas, trascendentes.
Se cuenta que un lector tardó años en volver al prólogo una y otra vez, hasta
que todas las veces se volvieron una única, eterna, interminable carilla. Un
renglón. Dos, tres puntos suspensivos... Y
el lector? Agazapado en su esencial nada, el libro lo estudiaba, lo succionaba.
El libro, efímero vampiro, asesino depredador del verbo. El libro que
innumerables, improbables lectores escribían sin saber, al azar, a mansalva.
Dicen que adquirió (el libro) dimensiones fabulosas. Hasta ocupar, íntegra,
una cabeza de alfiler. Y menos (o más). Lo
bautizaron “libro sagrado”. Los que pudieron leerlo. Es decir, nadie,
ninguno, millones. El libro, poco amigo de oropeles y lisonjas, sonreía y
guardaba silencio. Y seguía succionando, fagocitando lectores. Que es la
actitud que debe guardar un libro sagrado
que se precie de tal. Sagrado, es decir, profano...
E l p o z o d e l o s d e s e o s En
los galpones del Sarmiento, entre Haedo y Morón, hay un pozo de los deseos.
Para algunos, milagroso. Para los demás, una sucursal del infierno. Por
ejemplo, un hombre que deseaba con locura a una mujer, nació de nuevo, dentro
de ella. Otro, que soñaba despierto con el dinero que nunca tuvo, purga una
larga condena en prisión por vender un riñón sin declararlo al fisco. Cuando
pasan cerca, los mótorman apuran la marcha y se encomiendan a la Virgen del
Buen Viaje, especialmente desde que los señaleros hicieron circular la versión
de que un rápido Once-Moreno nunca llegó a destino. Culpa, dicen, del
conductor, que al pasar cerca del pozo deseó con vehemencia cambiar de piel.
Desde entonces ni siquiera los crotos se le arriman, por temor a que sus deseos
cobren formas impensadas o tardías. Lugar bendito o maldito, según caiga la
moneda, o el alma de quien lo invoque. Algunos
lo llaman punto ciego. Otros,
pozo de sombra. A
cada cual lo suyo.
CURRÍCULUM BREVE DE Luis Saez, Argentino, 1958. Dramaturgo, docente de dramaturgia, Guionista y redactor de radio. En teatro ha estrenado: Acadentro (l985, Teatro Abierto), La Malaleche (l992, Ciclo de teatro Semimontado, Sala Cunill Cabanellas del TMGSM), Camellos, (1999, Teatro del Pueblo), Drácula, inquilino de la desgracia (2001, Teatro del Espión), Monos con Navaja (2001, Teatro del Arte Facto), Suicidador (2001, Ctro. Cult. Gargantúa), Aróstegui con acento en la "Ó" (Teatro IFT, Ciclo 9 de nuevos directores) y Sólo cuando muera (2001, Sala Del Otro Lado). Muchos de estos textos han sido representados ose presentan actualmente en el interior del país. Ha ganado los siguientes premios y menciones: 1987, Tercer premio Luis José de Tejeda (Córdoba) por La Malaleche, 1990, La Malaleche es seleccionada en el Concurso Nacional de teatro semimontado convocado por el Teatro Nacional Cervantes. 1992, Mención Concurso de Dramaturgia organizado por el Teatro IFT, por Sueño de una noche de Lugano. 1999, Primer Premio Concurso Osvaldo Soriano de Mar del Plata por Camellos. 1999, Mención y edición Primer Concurso Nacional de Obras de Teatro Organizado por el Instituto Nacional del Teatro, por "Matando se come pan". 2000, Mención especial Concurso Iberoamericano de Dramaturgia "Atahualpa del Cioppo" organizado por el Teatro El Galpón de Montevideo. 2000, Primer Premio Concurso Nacional de Obras de Teatro Organizado por la revista Teatro XXI por Kamikaze. 2000, Terna mejor autor Premio María Guerrero, por Camellos. 2000, Terna mejor autor dramático Premio Florencio Sánchez por Camellos. 2001, Premio Subsidio Concurso de Obras de Teatro organizado por la Asociación argentina de Actores por Suicidador. 2001, Mención especial Concurso de Obras de Teatro Organizado por la Asociación Argentina de Actores por "Stán y Ollie navegan hacia el olvido". Además de la escritura propiamente dicha coordina talleres de dramaturgia y expresión escrita, ha trabajado como dramaturgista con egresados de la Escuela de Teatro de Buenos Aires del maestro Raúl Serrano y asiste a Mauricio Kartún en la cátedra de dramaturgia de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo. Publica textos de reflexión e investigación dramatúrgica en la revista teatral Dionisio. Sitio web: http://usuarios.lycos.es/silviarivero/saez01.htm Sus textos brevísimos se publican por primera vez en este sencillo y emotivo sitio.
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