Autor: Iosi Grinbuju
Qué felicidad tienen estos tipos! Y si no la tienen, por lo menos la generan al scucharse su música. Es como un empujón al medio del pogo. Es como si fuesen una máquina de canciones para cancha de fútbol.
Cuando se dieron a conocer masivamente con “Smash”, todos pensábamos que ese “renacimiento” del punk en los ’90 iba a durar lo que la virginidad de Britney Spears. Pero más alla de establecer si es punk o no y si se atiene a las inútiles definiciones del caso, los Offspring siguieron haciendo música. Pasaron un par de discos de desparejo éxito, y finalmente volvieron a ponerse sobre las vías con los últimos dos álbums: “Americana” y “Conspiracy of One”, que nos ocupa.
Yo se que lo que voy a decir ahora va a despeinarle la cresta a más de uno, pero antes de mandarme un virus por mail, pensá bien en lo que te digo: si agarramos cualquier tema de este disco, le bajamos la velocidad, y le sacamos la bateria furiosa, tenemos una balada megahit potencial que Phill Collins podría usar para hacerse aún más millonario. Si no me creés, agarrá la guitarra acústica y rasgueá “Want you Bad”. Lo que pasa con éstos chicos es que tienen muy buen olfato para las melodías, y al escuchar “Original Pransker” (el primer corte de difusión) uno no puede evitar mover la patita. Los temas tienen esa magia, de ser ruidosos y potentes, pero a la vez de poseer una melodía simple y pop que no deja lugar a rechazo.
“Living in Chaos”, “Million Miles Away” son típicos “Offspring” que te van a dar más de la conocida medicina. “Vultures” y “Denial Revisted” te van a mostrar que no solo de bardo vive el hombre y te van a dejar diciendo “pucha que estos pibes progresaron!”.
Como nota de color, pueden escuchar el famoso “Uga Chaka” en el tema “Special Delivert” y el fantástico poder de síntesis que les permite hacer un tema en un minuto y cuarenta segundos en “All Along”.