Autor: Ignacio Manchiola

Mediodía en casa

Chocan los cubiertos mientras Afuera

Una máquina acaba con lo incorrecto 

del parque

Y la radio en el living

y ese pop

De hace veinte años  se calla

La tanda

 

Olor a salsa orégano

Una voz

La del pequeño aguda y graciosa

Dice algo

Y la radio ahora va del pop

al ska

Alegra tanto como esa máquina

cortapasto.

 

Otra voz canta el oh-oh-oh

Tapado

Por el ruido que invade la casa

Primaveral

y templada en verano y el humo

que sube

desde el cigarrillo casi muerto

enfrente.

 

Otra vez la radio el teléfono

la escoba

se mezclan en algo que ahora

se detiene

mientras la salsa tomate y ajo

vuelan

Todo sigue en mediodía de primavera

veraniega.

 

Miro hacia atrás

A ver si escribo algo tal vez pueda

Aunque la cosa no es nada fácil vos lo sabés.

Lo sabías antes y no creo que lo hayas

olvidado.

 

Como dudo que olvides esa vez

en que agazapado, saliste del ropero

pintado como ese payaso

IT ¿te suena?

 

Y me trajiste a este mundo. Yo

 escribiendo y vos boca abierta pura risa

Pero mala la risa mala

Jodida ¿oís?

 

No creo que te sorprenda oírme

si siempre lo hiciste bien, tan bien que

incomodaba verte

 viéndome (así).

 

Ojos brillantes dientes blancos cara flaca

 Pelo negro dedos largos y esa

esa sonrisa siempre ahí

sin que la llame.

 

No te extraño nunca lo hice sabelo

La sangre no tira primo la sangre

Como ese día ¿ te acordás?

No importa.

 

 

Apéndice

A ver saliencia

En algo debo concentrarme

Sí, en algo

A ver belleza

A ver saliencia

Dejame ver

las cosas como son

Y no me jodas!

Está?

No te atrevas

ni ahí

A joderme la vida

No salgas de vos

saliencia

mantenete así

quieta

no demuestres

que existís

porque me aterra.

 

Carga emocional sin sentido alguno. Paladeo las palabras. No me dicen nada, aunque sé que describen lo que me pasa. Pero no por eso dejan de sonar raras, casi huecas. Como el resto de lo que estás leyendo. Sólo palabras. Podría engañarte y disfrazar las cosas. Tengo la capacidad para hacerlo. Pero me aburre. Prefiero tirarte la realidad en la jeta. Cuatro líneas que explican (ja,ja) lo que me pasaba antes, durante.....sí, se mantiene,  mi estadía frente a la pantalla de la PC. Los dedos, como siempre, corren más o menos para donde los llevo. No hay gran problema con eso. ¿Sonó feo? Y bueh. Es así. Pero no te preocupes...lo que estás leyendo da por tierra con cualquier intento serio de soberbia. ¿Qué leés? NADA. Por eso te lo digo. Ya son siete líneas llenas de vacío. ¿Querés más? ¿No, no?  Te voy a dar más. Generosidad gratuita. Siempre fui generoso. Crianza, tal vez.

Puse un punto y seguí. No huyas cobarde diría Elmer Gruñón hace 60 años por la pantalla de hoy en el canal no premium del cable-satélite-antena.  Así que no corras. Quedate que la ausencia muchas veces es más interesante que la mochila. Esto se te olvida al toque. Nada de conflictos profundos que te empujan para abajo, abajo, y más abajo. Sólo esto. ¿Te compré? Sos fácil. ¿Te enojaste? Susceptible. Catalogo, viste, como la sociedad, opinión pública, llamale como se te cante. Para mí es lo mismo. Fácil y susceptible. Mirá vos. Hablemos de vos entonces. Pero no ahora.

Ahora sí. Fácil y susceptible. O sea que, por ejemplo –ya sos un personaje- te levantan como con una pala pero que no te hablen de ese flequillo que te cortaron torcido porque pegás el portazo. Interesante. En realidad no, pero la palabra interesante a veces queda bien...queda.........interesante. Sí, ya lo sé, me estoy pasando de vivo y no soy Norman Erlich, ni siquiera Lito Pintos (Gracias a Dios). Pero como esta es mi página y te convencí para que te quedaras no va a ser cuestión de que te hagas mucho la estrella. Además, falta poco para que esto (llamémosle así) termine. Es más...terminó. Pero no ya.

Ya. 

Canto porque me canta acabar con lo dulzón

 

¡Me pica un huevo!

Acelerá el tero

partero, metele

porque no quiero morir sin antes haber

basado

mi vida en el basalto de su adiós.

 

 

¡Correte Moflete!

Antes de verte quiero

Que la puna se haga caldo

Y Osvaldo, el bardo

apuñale a Don Eduardo

El Constante Edulcorante de Salón.

 

 

Ska,ska,ska, ¿no era reggae?

¡callate Osvaldo!

Te dije que lo mates

Y vos como un orate

Ni ahí del desempate

Vivís en sesación (como el país, viss-tess)

 

Tendré que hacerlo yo

YO, YO, YO

Dame, dame, el puñal

Señal

de que la vida se acaba

para Edu sacarina, azucarado buchón.

 

Ahora en el malecón

todo es de nuevo marrón

Brown

Sin sugar

Gracias a mí

García Smith (¿les dije que me llamaba así?)

 

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